Las viñas de la Ira


Un productor, uno cualquiera, uno como tantos. Uno que nació allí y aún la pelea, en el mismo lugar que la peleó su abuelo y su padre. Ahora tiene 72 años y dice “casi todas las épocas fueron mejores que esta”. Y una referente del sector aporta su análisis.



El hombre pega el grito: “¡Domingoooo…!”. Y otra vez: “¡Domingoooo…!”. Domingo Clemente Portera tarda en llegar. Estaba perdido entre sus 15 hectáreas  de viña. Domingo ha pasado toda su vida allí, en Ingeniero Giagnoni. Ahora tiene 72 años. Allí también gastó la vida su padre y, antes, su abuelo.

 

-¿Ha habido épocas mejores que esta, don Domingo?-

 

-¡Casi todas fueron mejores! Antes se vivía de la finca, ¡ahora nos pasamos hechándole a la finca!-

 

Domingo siente que ya le pegaron media vuelta de manija, y arranca:

 

-Mire, de acá y como 10 años para atrás, al producto lo estamos vendiendo a perdida. Hay que sacar planta de otro lado para ir manteniendo la finca. Yo le digo: ¡Ya no se puede estar de estar de esta manera-

 

Domingo vive de la finca y también las familias de sus dos hijos. Trata de cubrir las pérdidas con algún otro ingreso. Este año será lo que dejó la cosecha del durazno. Pero el pronóstico es negrísimo.

 

-Usted llega a la bodega y le dicen: Traiga la uva, hágala vino y después vamos. Y resulta que después te pagan lo que quieren y la plata que te alcanza apenas para pagar la cosecha y el flete-

 

Después agrega:  - La solución sería que la bodega estuviese pagando el quintal a $400, pero ya están diciendo que no lo van a pagar a más de $130-

 

Domingo sostiene que están regalándole la producción “a cuatro grandes, eso es lo que pasa. Esos cuatro se ponen de acuerdo en una mea de café, fijan el precio y la forma de pagar y listo. ¡Ese es el problema!”.

 

Dice que, en campaña, “Macri nos recibía, pero ahora no hay forma de llegar a él”. Cuenta que “el mismo vino que a mí me lo pagan $1,50 el litro, en los restaurantes lo venden a $70 u $80 pesos la botella”.

 

Y sentencia: “Es como si nos estuvieran diciendo: déjense de joder y cierren”

 

ANÁLISIS

Tierra del sol y del buen vino, es posible tanta injusticia?


Cuando alguien decidió poner unas estacas y comenzar a estudiar los suelos, el clima , y las variedades traídas de Europa, en este desierto árido, nunca se imaginó, creo yo, que la peor adversidad no serían esos elementos, sino " la propia Industria, y el poder acumulado".

 

Nuestra amada Zona Este se destaco en el mundo por sus uvas y sus vinos. Atrajo inversiones y los pueblos crecieron, a la vera del ferrocarril, a la vera del río, y con mucho esfuerzo así fue gestándose un lugar desde donde se ofrecían los vinos que incluso en nuestro país, llegaron a tomarse en una proporción de 92 litros por persona por año.

 

Pero algunos cambios en el consumo, asociados a decisiones de política vitivinícola altamente perjudicial para la zona, fue haciendo necesario una reconversión, que mucho tiene de discurso, y poco de efectividad a la hora de medir los resultados en la rentabilidad  de quienes creyeron en ella y al día de hoy , en el Este, tienen sus fincas reconvertidas a otras variedades, incluso con la tecnología necesaria , y no pueden subsistir , llegando entonces a querer alquilar vender o simplemente abandonar sus tan armadas propiedades.

 

Es que se transformaron en una estructura inviable, solo destinada a engordar los bolsillos de los 4o 5 grandes, conformados en oligopsonios por su poder de compra y formación de precio, que actúan como pulpos hambrientos  devorándose todo lo que está a su paso.

 

Algunos bajo el pretexto del juego del libre mercado, otros bajo la excusa de la solidaridad de un cooperativismo tan real como los alces de Papa Noel , otros desde la indiferencia de considerarse empresas que se sustentan en ideas de productividad, pero donde a su alrededor cunde la miseria ya que el derrame es tan nulo como la supuesta responsabilidad social empresaria.

 

En fin, en este ir y venir de ideas, los sucesivos Gobiernos no han tenido mejor idea que proponer subsidios como si el trabajo que se realiza en la actividad necesitara en sí mismo una dádiva de un monstruo frío y distante ....

 

En el juego de una política vitivinícola orientada absolutamente en favor de muy pocos  y poderosos actores, un Estado incapaz de intervenir en favor de los más necesitados con políticas activas, los únicos perdedores somos todos nosotros.

 

Y digo todos, porque cuando el trabajo genuino es menospreciado y aplastado, es reemplazado por subsidios que se pagan entre todos.

 

Cuando quien trabaja de forma genuina gana miserias, gasta también miserias, por lo tanto el entorno económico de él y su familia, se empobrece día a día.

 

Cuando la pobreza se hace más contundente y se arraiga en lo estructural, se hace más difícil salir de ella, y por lo tanto , esas sociedades comienzan a tener ya otros problemas vinculados con la droga, la prostitución, y sobre todo la violencia. Y no sólo violencia en la calle, violencia en los hogares, contra los niños, contra las mujeres, abusos y dolor.

  

El problema entonces deja de ser de unos pocos , y se transforma en un aire que abraza a toda la zona, que devora inocentes, y estos comienzan a ser vistos ya como marginados del sistema. Lo más curioso, es que hasta se llega a responsabilizar después a esta misma gente.....

 

¿Qué tal vez estoy exageando? ¿ qué la mirada es demasiado pesimista? Y si.... En realidad es duro advertir la realidad, es mejor creer que se trata de un ciclo... Qué ya las cosas volverán a ser como antes, que alguien vendrá a solucionarnos el problema.

Pero no será así.

 

Porque a todo este panorama le sumo datos que me han llamado la atención en el último tiempo: la forma despectiva que algunos supuestos " dirigentes" utilizan para dirigirse a la zona Este. Esta que les dio y les da tanto , ( porque bien que compran uvas y vinos acá.... ) ahora resulta ser la responsable del problema estructural de la vitivinicultura !!!!!!

 

Cuando los recursos y las instituciones vitivinícola  que manejan esos recursos, han gastado fortunas para sostener un plan estratégico PEVI 2020  que lleva alrededor de 15 años en ejecución, y no logra tener políticas activas ni siquiera para cosas básicas como por ejemplo lograr tener una vitivinicultura ordenada, donde todos los actores de la cadena funcionen en equilibrio, en un marco de continúa reconversión y adaptación a los mercados, sin abusos, con reglas claras a la hora de comercializar y procurando no generar excedentes que hagan difícil el mencionado equilibrio.

 

Ni si quiera han logrado que las barreras arancelarias de los principales países de destino de nuestros vinos sean equiparables a nuestro país vecino, ( claro, es más fácil trasladar para abajo la inoperancia para actuar en el marco gubernamental propicio para forzar estos cambios. ) Ni tampoco hemos mantenido una política de participación en las principales ferias del mundo, comparable a la de Sudáfrica, o Australia, inclusive Chile. Claro, acá cada empresa se las arregla sola, pero por supuesto, con los recursos de todos. No han hecho nada.

Nada de nada. Desastre total.

 

Rendirán cuenta alguna vez los responsables de ejecutar el plan estratégico, de los millones que han gastado para dejar a la Industria en semejante estado de desesperacion?

Asumirán los funcionarios de turno , de estos 15 años la responsabilidad conjunta con estos personajes , de haber despojado al sector productivo del protagonismo resplandeciente de la cultura y prosperidad de la tierra del sol y  del buen vino?

 

Hoy, con fincas abandonadas, generaciones jóvenes que no quieren ni pisar la tierra que otrora le diera a sus abuelos la posibilidad de salir de la miseria , el hambre, y en muchos casos la guerra. Con pueblos y ciudades que morirán lentamente por la falta de recursos que año tras año tienen sus ciudadanos, para invertir  en la misma zona, provocando la decadencia del comercio, del turismo, hasta me animo a decir del paisaje.

 

Y así, con este espíritu, con esta sensación de injusticia, de abandono, de frustración y cansancio, pretenden que festejemos la fiesta.... ¡Qué fiesta!!! La fiesta que se han hecho con nosotros todos los que desfilarán por el desayuno de Coviar???? La fiesta que disfrutan en conciertos en el acto del Fondo vitivinícola  en el aeropuerto??? Por favor, déjense de hipocresía!!!! Y lamento por los funcionarios que asistan a estos eventos, porque tarde o temprano pagaran el costo político de tanta indiferencia hacia el sector productivo , se los aseguro.

 

Ojalá al menos el guión de nuestra tan amada fiesta, tenga que ver con esta triste realidad, porque el glamour que se pretende mostrar en la industria del vino, ya no sólo no se resiste, sino que ocasiona nauseas.

 

Es así como la tierra del sol y del buen vino, se va a mostrar al mundo. Porque nuestro reclamo va a trascender. Y entonces, esos tan famosos vinos que recorren el planeta , tendrán el sello marcado con sangre , de la injusticia que viven quienes sustentan esta industria.

Porque no es posible tanta injusticia. Algo tendrá que suceder.

 

Análisis: Gabriela Lizana

Entrevista: Enrique Pfaab

(Ilustración: Juan Pablo Gianello)