Sonreí, que Daniel te acomoda solidariamente


La tradición vendimial está contaminada con mucho circo. Uno de los más grotescos es el de la Vendimia Solidaria, el invento de Daniel Vila para mostrar su poder. Algún ejemplo con un intendente mendocino para desnudar la farsa, que pinta como saca rédito el capo mediático.


Desde hace 11 años y 24 horas después de ser electa, la reina de la Vendimia tiene un compromiso ineludible que cumplir: Ir a la mansión de Daniel Vila y ser parte de la Vendimia Solidaria, un invento del empresario para mostrar su poder sobre las figuras políticas, mediáticas y empresarias del país, mientras la fauna mendocina se saca los ojos para ser parte de los invitados.

 

Allí, en su Puesto San Isidro y bajo su Fundación Uno Medios, monta “una colecta solidaria” que este año dicen que recaudó 11 millones de pesos.

 

Después, durante el año, Vila promociona su solidaridad con la plata de otros.

 

Ayer estuvieron allí la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, el gobernador de Santa Fé, Miguel Lifschitz,  el diputado nacional Sergio Massa, el diputado nacional ex kirchnerista Diego Bossio y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde y su politiquera (¿será que se llama así a las botineras que se dedican a los políticos?) Jésica Cirio, entre otros. El gobernador Cornejo eligió no mostrarse allí, pero mandó a su ministro de Hacienda, Martín Kerchner.

 

Además estaban las figuritas periodísticas de los medios de Vila, como Santiago del Moro, Luis Majul y Luis Novaresio.

 

La solidaridad es solo una máscara. El objetivo es mostrar quién tiene el poder real y quiénes se codean con él.

 

Un ejemplo

 

Ayer, entre los que aportaron en la colecta, figuró la Municipalidad de Junín. El intendente Mario Abed ya había destinado dineros públicos a la Fundación de Vila el año pasado, sin consultarlo con el Concejo Deliberante. Y Abed tiene una excusa: La plata que va a la Fundación, en realidad no va allí, sino que queda en el municipio. Junín solo aporta la firma, para alimentar la figura de Vila y de su intendente.

 

Para dejar en claro cómo funciona ese pacto, veamos como funcionó el año pasado.

 

En el 2015, cuando estaba en la finca de San Isidro, Abed se tentó y ofreció construir una casa para una familia necesitada. Puso como condición que fuera en su departamento.

 

Así se levantó una vivienda de 56 metros cuadrados en la villa cabecera de Philipps. El área de Desarrollo Social de Junín, tuvo que elegir entre todas las familias necesitadas, a una de ellas para entregarle la casa.

 

En septiembre la casa le fue entregada a Rosa Analía Ojeda, una mujer de 35 años, que mantiene sola a sus cinco hijos.

 

El día de la entrega, apareció Daniel Vila y Pamela David en Philipps acompañados por su legión de medios, y fingieron que eran los bondadosos que entregaban la casa, cuando en realidad la vivienda fue construida con dineros públicos. Vila solo aportó electrodomésticos, artículos escolares y juguetes, que ni siquiera compró ya que eran canjes por publicidad en el multimedio.

 

Entonces, Abed y Vila disfrazaron una obligación estatal como solidaridad, en beneficio de sostener la imagen de uno de los empresarios más poderosos del país y de un intendente con ambiciones de seguir subiendo.

 

Con el sainete de Vendimia Solidaria, todos ganan. Sino bastaría con preguntarle a Sergio Massa, que sostuvo toda su campaña presidencial y aún intenta mantener su protagonismo, con los medios de Vila.  

 

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